martes, 29 de diciembre de 2009


No, no intentes disculparte, no juegues a insistir, las excusas ya existían antes de ti. No, no me mires como antes, no hables en plural. La retórica es tu arma más letal. Voy a pedirte que no vuelvas más, siento que me dueles todavía aquí adentro y que a tu edad sepas bien lo que es, romperle el corazón a alguien así. Espero que no esperes que te espere después de mis 26, la paciencia se me ha ido hasta los pies y voy deshojando margaritas y mirando sin mirar, para ver si así te irritas y te vas.

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